27 noviembre, 2006

CAPÍTULO 4

EL “DUEÑO Y SEÑOR DEL JUEGO”
No tenemos la menor intención de reproducir el conocido análisis del imperialismo americano. Quisiéramos actualizar este tema centrándonos en nuestra problemática La falsa espiritualidad.
En el inventario que hemos establecido hasta ahora hemos intentado mostrar por qué se encuentran tan a gusto las sectas en el nuevo mundo de la economía globalizada, cómo se adaptan a ella y de qué modo instrumentalizan estructuras multinacionales con fines mafiosos, disimulándose tras la fachada de empresas. También hemos intentado ilustrar de qué modo utilizaban todos los medios a su alcance para acumular influencia y poder, léase para tomar el poder. Sin embargo, ése no es el único aspecto del sectarismo contemporáneo. EL 90% de las sectas consideradas peligrosas son de origen norteamericano y el 90% de los fondos sectarios vuelven, tras complicados itinerarios, a Estados Unidos. ¿Cabe pensar, a la vista de estas cifras, en una nueva forma de imperialismo? ¿Cómo demostrar lo que enunciaba un artículo del Monde diplomatique en junio de 2001 titulado “Las sectas, caballo de Troya de Estados Unidos”?
Para eso, hay que entender que más allá de nuestros vínculos históricos con la sociedad americana, ésta ha creado una civilización distinta a la europea y que nuestras diferencias son cada vez más aparentes. De la primera enmienda de la Constitución americana se desprende otra concepción del hombre, del derecho y de la sociedad. Volvamos pues a los distintos aspectos de este contexto antes de pasar a las relaciones entre Estados Unidos y las sectas.
EL CONTEXTO PARTICULAR AMERICANO
UN PUEBLO RELIGIOSO En Europa o en Francia nos imaginamos siempre una perfecta semejanza entre la civilización americana y la nuestra. Pero no hay tal semejanza, ni en lo tocante a la Constitución o el sistema político, como tuvimos ocasión de comprobar tras la elección minoritaria del presidente Bush, ni por la debilidad estructural del Estado –frente a los cincuenta Estados y diversos grupos de presión-, ni mucho menos en los que respecta a la definición de las libertades públicas.
Es cierto que los americanos fueron los primeros en afirmar los fundamentos de estas libertades en la Declaración de Independencia del 4 de julio de 1776, pero también lo es que lo hicieron de modo muy distinto a la Declaración francesa de los derechos del hombre y del ciudadano del 26 de agosto de 1789. Comparemos el texto francés: “Los hombres nacen libres e iguales en derechos” con el americano: “Los hombres han sido creados iguales y dotados por el Creador de ciertos derechos inalienables”.
1 En el principio mismo de la Constitución americana se afirma una trascendencia.
El pueblo americano reivindica sus fundamentos puritanos. El símbolo de los peregrinos del Mayflower sigue vigente. Y para completar el conjunto constitucional y reafirmar la esencia religiosa del hombre, la primera enmienda de la Constitución, votada en 1791, reza: “El Congreso no votará ninguna ley que ataña al establecimiento o prohiba el libre ejercicio de la religión”. De ahí una forma peculiar de confesionalismo, en el sentido de que presta al término el historiador René Rémond:
El Estado confesional es el Estado que reconoce una confesión como verdadera y extrae sus consecuencias (profesión pública de dogmas, obligación de todos de respetar sus mandamientos como leyes del Estado) para sí mismo y para sus nacionales.
2 Es un confesionalismo peculiar ya que no apoya a una única religión sino a todas ellas, sean cuales sean sus fechas de aparición, sus formas rituales y prácticas, sus doctrinas. El cuius regio, eius religio de la confesión de Augsburg, que imponía a los sujetos la religión del príncipe, es sutilmente modificada pero, como dice nuevamente René Rémond en su artículo:
Se adapta la antigua divisa de los juristas franceses “Una fe, una ley, un rey” a la diversidad de situaciones y confesiones, pero se mantiene la regla universal de las relaciones entre fe personal y sociedad política.
La divisa del pueblo americano será God bless America, pero todas las confesiones, denominaciones y sectas la invocan. Se jurará sobre la Biblia, empezando por el presidente, pero no se trata ya de la Biblia, sino de una arquetipo de doctrina religiosa, de un símbolo de sincretismo. No importa demasiado saber a qué minoría pertenecemos. Lo que cuenta es nuestra pertenencia, nuestra fe proclamada, el reconocimiento de que el hombre es esencialmente religioso antes que un ciudadano o un sujeto de derechos sociales.
Eso no impide la existencia de las grandes libertades públicas, pero cambia totalmente su sentido. Las libertades públicas, que en Europa se consideran derechos, son en Estados Unidos dones del Cielo. Y en puritanismo llevado hasta sus ultimas consecuencias, que ha descrito Max Weber,
3 trae consigo un juicio moral sobre el éxito o el fracaso sociales. Al que triunfa socialmente, Dios lo bendice. El que padece una mala situación social es moralmente responsable de ella. Dios me castiga por un pecado que sólo yo conozco. Y lo cierto es que la globalización tiene efectos en todos los países, incluso en Estados Unidos, dónde crece la pobreza y las políticas de oferta siguen bajando los impuestos de las sociedades y recortando los presupuestos sociales. Sólo los acontecimientos del 11 de septiembre y el temor a un derrumbe generalizado obligaron al gobierno americano a practicar una política de apoyo presupuestario.
LA CONFUSIÓN ENTRE ESPACIO PRIVADO Y ESPACIO PÚBLICO
Este particular contexto confesional de Estados Unidos induce comportamientos extraños para los europeos. Citemos en primer lugar el control social. En una sociedad de apariencia permisiva las orientaciones sexuales no son realmente libres. Además de los persistentes restos de racismo, que complican la posibilidad de constituir parejas mixtas, no es posible exponer la homosexualidad a plena luz del día. Parafraseando a Claudel, podríamos decir que hay lugares para esas cosas, como por ejemplo San Francisco. Pero para existir es preciso protegerse, constituir un gueto y después un grupo reivindicativo. Ese control social se ejerce también sobre los presidentes, que deben observar un moralismo intransigente y sufrir el oprobio o incluso la vindicta cuando no han estado a la altura.
Este control social se debe a la falta de barreras entre esfera privada y esfera pública. En las teocracias, al igual que en los Estados confesionales –y acabamos de mostrar que Estados Unidos sigue siendo un país confesional-, el individuo no se ha apropiado de la esfera privada. Sólo el laicismo –o la secularización, en el resto de Europa- convierte la creencia en una esfera privada. Este espacio privado se enriquece progresivamente con decisiones amorosas, éticas o políticas. El espacio público se reserva entonces para el debate, para lo que se puede compartir, “poner en el centro”, por retomar la bella expresión de la democracia griega.
COMUNITARISMO Y DEMOCRACIA FORMAL
Cuando los límites entre el espacio público y el espacio privado no están bien definidos, no es posible abrir un auténtico debate. En su lugar está el politically correct, expresión del “pensamiento único”, única variante lícita en una “sociedad decente”.
4 La democracia se vuelve formal, carente de verdadero debate y posibles alternativas. Estados Unidos tiene además un sistema electoral complejo, heredado del siglo XVIII o XIX, que intenta respetar para siempre los derechos de los Estados pequeños. Las modalidades de inscripción en las listas electorales varían según los lugares y obligan a menudo al ciudadano americano a definir sus preferencias en el momento mismo de la inscripción, a fin de permitir la organización de las primarias. Más del 50% de la población en edad de votar no está inscrita en estas listas electorales. Están quienes piensan que el sistema es demasiado complicado, quienes no se reconocen en los partidos existentes, quienes opinan que los verdaderos debates no salen a la luz, quienes se mudan demasiado a menudo.
5 Los modos de escrutinio también varían, pero todos implican elecciones múltiples. El segundo martes de noviembre de cada año bisiesto se renueva a todo el personal político, desde el presidente del Congreso pasando por los alcaldes y gobernadores, sin olvidar a jueces y mandos policiales. También se renueva la Cámara de representantes de los Estados y del Estados federal cada dos años.
Este complicado y anquilosado sistema trae consigo una carencia de verdaderos contenidos y encarece notablemente las campañas, ya que son de corte netamente publicitario. Sin verdaderos programas, sin proyecto, hay que “vender” al candidato, a todos los niveles de la vida política. Volvemos a encontrarnos con el rol de las estrellas deportivas, los actores, cantantes, etc. También hay, por supuesto, grupos de presión, sponsors que terminarán reclamando contrapartidas políticas, cargos, prebendas.
El comunitarismo inducido por el aspecto religioso americano queda reforzado por el sistema político. Para hacerse oír hay que disponer de un grupo numeroso, tener poder económico, contar con apoyos, convencidos o sobornados. Es un sistema en el que los grupos sectarios se siente especialmente cómodos.
UN ESTADO DÉBIL, UN DERECHO DISTINTO Y UNA ENORME LIBERTAD INDIVIDUAL
La historia de Estados Unidos, constituido en torno a las trece colonias de la costa este, explica la debilidad original del Estado federal americano.
Recordemos que, en efecto, los padres de la Constitución, reunidos en torno a Thomas Jefferson, desearon ante todo conservar las ventajas obtenidas por cada uno de los trece primeros Estados de la Federación. Eso dejó muchas secuelas, especialmente en el sistema electoral o el estado civil.
6 Esta debilidad histórica, que culminó en la guerra de Secesión (1860-1864), se vio agravada por la ideología liberal, que redujo el papel del Estado a su mínima expresión: preservar las fronteras, velar por la estabilidad de la moneda y garantizar la seguridad. En lo referente a este último punto, los estadounidenses pasaron mucho tiempo constituyendo un ejército federal. Hicieron falta el secuestro del hijo de Lindberg y el concepto de “crimen federal” para que se creara una policía federal (el FBI). Los demás crímenes de derecho común son competencia exclusiva de los Estados y basta con franquear un límite territorial muy poco aparente para escapar a la justicia. En cuanto al ejército, siempre ha sido profesional, con lo que los presidentes tienen que desplegar grandes dotes de seducción y de persuasión para librar verdaderas guerras (Primera o Segunda Guerra Mundial, guerra de Vietnam) y conseguir que los jóvenes americanos se enrolen.
Además, desde el Watergate,
7 la debilidad de los presidentes han incidido negativamente en la política federal: a la falta de un ejecutivo fuerte, los Estados recuperan poder por medio de sus senadores y representantes.
Exceptuando la política exterior, el único personaje importante del Estado federal es Alan Greenspan, garante de la política monetaria. El mercado es, por lo demás, el único regulador de la sociedad.
Esta debilidad del Estado implica crecientes desigualdades, relacionadas con la globalización y no corregidas por una sistema redistributivo. Estas desigualdades no resultan en absoluto chocantes desde una perspectiva calvinista o neocalvinista. La debilidad del Estado implica asimismo otra concepción de la libertad individual y del derecho.
Así, la noción de “alteración del orden público”, que se remonta a la Revolución de 1789, es desconocida en Estados Unidos. En Francia y en Europa, en cambio, propicia una libertad efectiva, aunque con variantes, y posible en todas sus acepciones siempre y cuando no se ejerza en detrimento de la libertad ajena. También se ignora la responsabilidad de la persona moral. Por eso, si en Europa la libertad individual o grupas parece limitada es a causa de nuestro derecho positivo.
En Estados Unidos, el derecho se ejerce a posteriori. No se promulga ningún límite y todo el mundo es perfectamente ajeno a toda una serie de obligaciones preceptivas (controles de identidad, licencia de tenencia de armas, obligación de llevar protecciones en el trabajo o en el coche).
Sólo después del accidente o del delito se ejerce el derecho y se aplica la sanción.
Pero esta maravillosa libertad hace que el individuo no pueda recibir ninguna protección. Un adulto es plenamente responsable de sus actos: en Estados Unidos no hay ningún equivalente al artículo 64 francés sobre la irresponsabilidad penal, y en esas condiciones hasta un loco puede llegar a ser juzgado. Para su defensa no puede más que remitirse a su alma y conciencia y sólo el grupo, al que no puede se puede juzgar, es capaz de protegerlo.
8 El niño, en cambio, es totalmente dependiente de los padres o de quienes sus padres hayan elegido para educarlo. Estados Unidos no ha firmado la Convención Internacional de Derechos del Niño, que no es por tanto un sujeto de derecho sino una extensión inerte de los padres hasta su mayoría de edad.
ESTADOS UNIDOS Y LAS SECTAS
Las sectas se sienten muy a gusto en este contexto a fin de cuentas muy distinto al de Europa continental. Pueden desarrollarse, prosperar, ser reconocidas como religión, manipular, corrompe, etc. Si se sanciona un delito, sólo es condenado el fusible de turno, nunca el grupo, ya que en esta sociedad comunitarista no existe ninguna responsabilidad de la persona moral.
Este peculiar contexto explica tanto el florecimiento de grupos sectarios en territorio norteamericano –aunque los dirigentes y fundadores vengan de otros lados, como en el caso de Moon- como la incomprensión americana ante las reacciones hostiles de los europeos. Lo que es bueno o lo que es percibido como “no malo” para América es bueno para el mundo.
Hay que decir, sin embargo, que cada vez hay más americanos preocupados por esta protección a los grupos sectarios. Los médicos ginecólogos han constatado altas tasa de mortalidad neonatal
9 entre los Testigos de Jehová y cuestionan su rechazo a las transfusiones sanguíneas; los sociólogos han detectado sobremortalidad infantil entre los grupos pseudorreligiosos de Florida con respecto a los grupos testigos
10 y proliferan foros de discusión sobre la Cienciología (alt.religion.scientology), Rael o la Antroposofía.
Los psiquiatras se alarmaron ante la presencia de gran cantidad de cienciólogos
11 en la Zona Cero, que intentaban echarlos para ser los únicos en tratar a los supervivientes del 11 de septiembre (como intentaron hacer en Toulouse tras la explosión de una fábrica AZF).
A las asociaciones antisectarias americanas les ha costado recuperarse de su aniquilación financiera después de que la Cienciología comprara su principal estructura, CAN. La Cienciología atacó con tanta insistencia a esta asociación que en 1996 tuvo que declararse en quiebra. La Cienciología logró que la justicia le concediera el derecho a recuperar el nombre, la sede, la página web y los archivos de la asociación que luchaba en su contra. Todavía hoy, el sitio “antisecta” depende de la Cienciología y remite a ella.
Finalmente, también hay americanos, aunque no muchos, que quieren un Estado verdaderamente laico.
La misma Corte Suprema tiene sus dudas sobre la primera enmienda y distingue entre creencia (creed) y prácticas (deed). La libertad de creencia es absoluta, pero no ocurre lo mismo con la libertad de prácticas.
12 Por esa razón, autorizó el despido de los funcionarios de la Native American Church, que consumían ritualmente una droga india, el peyote.13 El Congreso votó en 1993 una “ley sobre la restauración de la libertad religiosa”, en contra de esta sentencia y bajo presión de grupos sectarios. Esa ley fue finalmente declarada inconstitucional en junio de 1997.
EL FLORECIMIENTO DE LAS SECTAS
Hemos escrito en la primera parte que el sectarismo contemporáneo aparecía en el contexto de la crisis de los años setenta. Todos los indicadores econométricos coinciden en que la crisis americana se remonta a 1965. Por aquel entonces empieza a prosperar cierto número de grupos sectarios. Algunos habían aparecido antes, como la Cienciología y la secta Moon, creados en 1954. Pero todos se desarrollan bruscamente a partir de ese momento.
La ideología New Age14 es en gran medida la causante de este fenómeno. La generación del baby-boom tenía entonces 20 años. Reich, con su eslogan “Corre, hombrecito, el viejo está detrás de ti”, y Marcuse,15 que dio a conocer a Marx en Estados Unidos, invadieron los campus. Se estaba en plena guerra de Vietnam. Muchos estudiantes eludieron el combate, aprovechando que no había un sistema se conscripción igualitaria; se tomó conciencia y se cuestionó el modelo imperialista de papá.
Era el momento del flower power, de la liberación sexual del “Haz el amor, no la guerra”. El interés por Oriente no sólo disparó el consumo de productos afganos o tailandeses ilegales, o los viajes a Katmandú, sino que puso de moda a los gurús hindúes. En ocasiones se trató de verdaderos sabios, que regresaron rápidamente al Himalaya. Pero también los hubo ávidos de dólares y poder que, atraídos por el modo de vida americano, se desviaron y se transformaron en gurús sectarios.
16 Todo se volvió válido para combatir el estilo de vida paterno, la atmósfera de guerra fría y las concepciones rigurosamente moralistas de los padres. Pero al mismo tiempo –y acaso en aquel contexto no fuera posible- la protesta no atacó el carácter religioso del ser humano en Estados Unidos. Incluso recalcó este aspecto: Jesucristo se convirtió en superstar, los Hijos de Dios inundaron las ondas con sus cancioncillas almibaradas;17 los Hare Krishna se pusieron a repartir flores en los aeropuertos y a reclutar; las Moonies, de la secta Moon y de la Iglesia de Unificación, también reclutaban.
Al mismo tiempo la América profunda se endureció, espoleada por la guerra de Vietnam. EN el sur la segregación fue más y sólo la marcha de Martín Luther King y la lucha por los derechos civiles lograron mantener las apariencias de una igualdad de derechos. Decimos apariencias porque, ¿es preciso recordar que los americanos más pobres eran negros y que la vida de las mujeres negras era especialmente dura?
Proliferaron los grupos fundamentalistas de todas las grandes religiones. Creció el fanatismo en torno a los Black Muslims, pero también alrededor de los rabinos integristas que educaron a los futuros asesinos de Ithzac Rabin. El teleevangelismo movilizó a truhanes y el revival estuvo a la orden del día.
Las reivindicaciones de los “pobres blancos”, mucho tiempo encarnadas en grupúsculos fascistas o el Ku Klux Klan, adquirieron también ribetes religiosos y asumieron la defensa del cristianismo y de los derechos de los Estados pequeños ante un federalismo que les parecía todavía demasiado poderoso.18 Tampoco en este caso se estuvo lejos del fanatismo, que terminó causando el terrible atentado de Oklahoma City.
California se convirtió en el centro de todas las aspiraciones, tanto de los jóvenes como de los viejos. Este Estado concentró, a partir de mediados de la década de 1970, con Reagan de gobernador, casi la mitad del PIB americano. El factor clave fue la revolución informática que se extendió a toda la costa Oeste tras la instalación de Microsoft en Seattle y Portland. La Cienciología prosperó en Los Ángeles en torno a su Celebrity Center más magnífico, en Hollywood, aunque mantuvo el núcleo de sus instalaciones en Florida, entre la ciudad conquistada de Clearwater y el barco Freewinds, que mantuvo al equipo de dirigentes, el Sea Org, fura de las aguas territoriales. Nació incluso una secta de informáticos que se comunicaban exclusivamente por Internet, Heaven’s Gate, y que terminó con la castración y el suicidio colectivo en 1996.
EL ESTATUTO RELIGIOSO Y SUS CONSECUENCIAS
Todos estos grupos sectarios emergentes reivindican inmediatamente su adscripción religiosa, con independencia de sus intenciones secretas. De ese modo eluden los severos impuestos a las sociedades comerciales. Además consiguen así una evidente respetabilidad, una inserción en el tejido social americano.
Cuando se dice “todos los grupos”, se incluyen los grupos satanistas. EL WICCA, una vieja organización satanista, se hace catalogar como nueva religión y recibe el apoyo de investigadores en sociología religiosa. Massimo Introvigne escribe incluso una extensa obra sobre el tema del satanismo. Pero los raelianos van más allá que nadie y se declaran Iglesia: “La única iglesia atea del mundo”.
El estatuto de Iglesia también permite solucionar los problemas internos ante una justicia propia. Las instancias jurídicas católicas se reproducen al infinito y si el delito es interno, es decir, si afecta al grupo sectario, la policía, la justicia y las sanciones son internas. Actualmente se dispone de muchos testimonios sobre el programa de “rehabilitación” llamado RPF, de la Cienciología. Son prisiones de trabajo obligatorio, en las que se ejerce una presión descomunal para destruir psicológicamente a los adeptos que han sido presa de dudas. Algunos casos de suicidio, y especialmente la muerte muy controvertida de Lisa Mac Pherson, echaron una luz aterradora sobre los bajos fondos de esta secta.19
Gracias a ello pudieron escudarse en este estatuto religioso, cuando se dispersaron por Europa a principios de la década de 1970. Ciertos periodistas y sociólogos de la religión sacan a relucir constantemente este estatuto reconocido en Estados Unidos, ignorando o fingiendo ignorar que prácticamente cualquiera pueda invocarlo en aquel país. Además, muchos Estados surgidos de la quiebra del comunismo han adoptado en mayor o menor medida la doctrina de la primera enmienda, en nombre de un liberalismo a la americana. Eso provoca problemas en los países bálticos, por ejemplo. Volveremos sobre este tema más adelante.
Este estatuto religioso les permite constituir una ONG. Citemos, a este respecto, el informe de diciembre de 2000 de la Misión Interministerial de Lucha Contra las Sectas:
En su funcionamiento internacional, los movimientos sectarios recurren, sobre todo cuando alcanzan una dimensión que les permite –e incluso les exige- adoptar estrategias globales, a instrumentos que les permitan eludir, de forma perfectamente legal, el control de los Estados y la incipiente vigilancia a la que la mayor parte de éstos someten. [...] Entre estas nuevas formas de acción que escapan al control de los Estados (“como un puñado de arena que se desliza entre los dedos”, en palabras de un interlocutor de la Misión), los más utilizados por las sectas son, en primer lugar, el entrismo en las ONG y especialmente en las que están acreditadas entre las organizaciones internacionales; después están los intercambios y las coordinaciones por Internet y, por ultimo, la libre circulación de capitales. Naturalmente, estos últimos, sobre todo tratándose de sumas importantes, ofrecen a sus dueños malintencionados grandes posibilidades de corrupción, de desestabilización económica o política, de conceder falsas ayudas al desarrollo o ayudas vinculadas a la obtención de puestos influyentes que permitan observar o influir en responsables de decisiones, o a la obtención de ventajas legales, políticas, fiscales o financieras, técnicas todas ellas que las sectas manejan a la perfección.
La utilización jurídica ONG merece toda nuestra atención ya que hoy en día en todas partes se hace hincapié en el dinamismo y la creatividad de la “sociedad civil”. La ONG es la forma jurídica a través de la cual se manifiestan los componentes más activos de esta sociedad civil y muchas ONG se han convertido en eficaces instrumentos de influencia, poderosos causes de difusión de opinión y grandes coordinantes internacionales.
El lugar y el rol de las ONG dentro de las organizaciones internacionales han evolucionado considerablemente “hasta el punto de que algunas ONG han adquirido más importancia que ciertos Estados”, cuenta un alto funcionario de un país asiático a la Misión antes de añadir: “Es un tema que nos preocupa y del que hablamos entre nosotros, entre los no alienados”.
La Misión no se plantea, por supuesto, cuestionar la innegable e insustituible utilidad del trabajo de las ONG tanto dentro de las organizaciones internacionales como fuera de ellas. Pero en el transcurso de las entrevistas que ha mantenido con representantes de los cinco continentes, le ha parecido que los Estados insistían cada vez más en la necesidad de prestar atención al crecimiento exponencial del número de ONG, con toda clase de intereses y grupos preocupantes en su interior, entre los cuales medran con gran rapidez los grupos sectarios.
Tienen dos métodos: crear ONG o apropiarse de ellas, sobre todo cuando disponen de una acreditación ante una organización internacional. Ante el creciente número de ONG que solicitan ser reconocidas por la Organización de las Naciones Unidas (la ONU habla de peticiones de “estatuto consultivo”), el comité de las ONG de ECOSOC dedicó en este año 2000 buena parte de sus estudios a articular una reflexión sobre la implementación de nuevos métodos de trabajo para proceder a un estudio efectivo y eficaz de estas peticiones y, de forma más general, sobre el papel de la ONG dentro de las organizaciones internacionales.
El comité de las ONG ha constatado la acumulación exponencial de peticiones de ONG deseosas de conseguir el estatuto consultivo ante la ONU. Desde 1996, han obtenido este estatuto consultivo 2012 ONG, de las cuales al menos una tercera parte es de origen religioso, según datos de la secretaria general, y otras 918 han presentado sus candidaturas para obtenerlo. Estas cifras se bastan para dar una idea del calado de los problemas por resolver.
En efecto, aunque el número de ONG que pidieron y obtuvieron el estatuto consultivo entre 1948 y 1992 pasó de 20 a 744, se trataba esencialmente de ONG conocidas con expedientes fácilmente analizables. No ocurre lo mismo en la actualidad, especialmente desde 1996, año en el que el Comité de ONG otorgó por primera vez el estatuto consultivo a ONG exclusivamente nacionales, con la intención de favorecer a las ONG de países del Sur, que siguen siendo bastante poco numerosas en comparación con las de países desarrollados y que además tienen dificultades para demostrar la dimensión internacional de sus actividades.
Sin embargo, aunque se las amplió para beneficiar a los países de Sur, las condiciones de acceso al estatuto consultivo han beneficiado principalmente a ONG originarias de países desarrollados, especialmente de Norteamérica.
El Comité de ONG intentó encontrar la forma de mejorar sus métodos de trabajo y de investigación sobre las ONG candidatas, a fin de poder estudiar mejor su naturaleza jurídica y su razón social, enunciada a menudo en términos bastante vagos, así como el verdadero valor que pueden tener para las Naciones Unidas. También ha estudiado la cuestión del grado de autonomía de una ONG con respecto a una ONG “madre”. Entre las propuestas para mejorar el estudio de los expedientes figura la de solicitar a los Estados miembros que estudien con mayor atención las solicitudes de acreditación de las ONG jurídicamente establecidas en su territorio, en aras de un mejor funcionamiento de las organizaciones internacionales.
Un análisis más profundo por parte de los Estados de las solicitudes de “sus” ONG significaría sin duda un gran paso adelante, aunque se conocen las posiciones totalmente laxistas que mantienen determinados Estados, no precisamente insignificantes, en cuestión de ONG. [...]
Por otro lado, y esto es algo que afecta directamente a los mecanismos sectarios, el Comité de ONG se ha planteado cómo lograr un estudio mucho más “efectivo” de los informes cuatrienales que presentan las ONG ya acreditadas para obtener la renovación de su estatuto consultivo. El Comité ha pedido que la Secretaría exija, con ese fin, informes a las vez más explícitos y más completos a las OMG. La Secretaría General, por su lado, ha expresado su deseo de que los miembros del Comité dediquen todos los medios posibles al estudio de estos informes de etapa. Esta actitud más firme ante las solicitudes de renovación de acreditación tiene importancia, ya que puede servir para apartar a los movimientos sectarios cuyos fines y medios resultaron quizá más difíciles de detectar en el momento de la solicitud inicial. La Conferencia de ONG con relaciones consultivas con las Naciones Unidas (CONGO), en las que participan unas 350 ONG, muchas de ellas antiguas e importantes, no parece oponerse en absoluto a una profundización de los procedimientos de evaluación de las peticiones de acreditación de las ONG, ya que también en este foro se elevan muchas voces para denunciar la utilización, con fines partidistas y egoístas, de “ciertas supuestas ONG aparentemente más preocupadas por aprovecharse ellas que por ser de algún provecho a los demás”, según la declaración del presidente de una gran ONG con estatuto consultivo.
Otros muchos interlocutores, responsables de ONG, declaran abiertamente que el objetivo de las ONG de carácter sectario que aspiran al estatuto consultivo ante la ONU y otras organizaciones internacionales es esencialmente aprovecharse, es decir, abusar de la “dignidad” que les confiere ese estatuto consultivo.
Es evidente que la concesión demasiado liberal de este estatuto permite a las sectas encontrar nuevas máscaras y pasaportes de entrada en los países en los que desean implantarse.
Además, si un grupo sectario logra hacerse reconocer como ONG, puede multiplicar sus filiales, o incluso multiplicar sus ONG. Cada ONG sectaria reconocida legitima a otras. Funcionan como constantes llamadas de aire y una reproducción al infinito en circuito cerrado.
Recordemos además que estas ONG sectarias pueden contribuir, por ejemplo, a forjar un Premio Nobel de la Paz, sueño apenas velado del líder de la Soka Gakkai, Daisaku Ikeda.
También pueden denunciar y quejarse, a menudo de forma coordinada.
Este fenómeno se observó en Francia con las protestas rituales de ciertas organizaciones sectarias contra la lista de los 173 movimientos sectarios censados por el informe parlamentario de 1995. La Cienciología primero y otras después proclaman que esta lista contiene a las baptistas (la religión del presidente y del vicepresidente de Estados Unidos, especifican como para recalcar lo ignominioso del asunto), los mormones y los adventistas del séptimo día, pese a que todo el mundo sabe que no es cierto. La proclamación indignada y orquestada de estas mentiras presenta sin embargo una doble ventaja: no sólo se gira en contra de sus autores, sino que pone claramente de manifiesto quienes, en estos medio sectarios, beben del mismo pozo.
20 Conviene precisar una vez más que la lista incriminada no tiene valor jurídico. Sólo constituye un indicador, una fotografía en un momento de la Historia. Sólo se publicó al final de una comisión de investigación parlamentaria en 1995, sobre la base de datos de distintos cuerpos policiales y de inteligencia, y no ha sido actualizada tras el cierre de la investigación.
UNA POLÍTICA INTERNACIONAL MARCADA POR EL CARÁCTER CONFESIONAL DE ESTADOS UNIDOS
Las intrigas sectarias han proseguido su curso bajo la presidencia de Clinton y la de Bush Jr., siempre con la coartada de la política religiosa.
Estados Unidos alega, desde los acuerdos de Helsinki de 1975, la tolerancia religiosa. Lo que en su día, en el marco de la OSCE, les permitió combatir con la ayuda de terceros el ateísmo del sistema comunista, sirve hoy para proteger y propagar a los grupos sectarios, sobre todo de origen americano.
El modelo americano se pretende religioso, y su política internacional no es una excepción. Por esa razón publica un informe anual sobre el estado de los derechos religiosos del hombre en el mundo. Citemos lo que dice al respecto la MILS:21
El segundo informe anual del Departamento de Estado Americano sobre la libertas religiosa en el mundo (exceptuando Estados Unidos) apareció el 5 de septiembre de 2000. Sin intención de polemizar sobre la legitimidad internacional que semejante informe pueda revestir a ojos de las autoridades americanas, la Misión quiere enunciar ciertos hechos e interrogantes que le ha suscitado su lectura. En su sumario de presentación (execute summary), el Departamento de Estado dedica la primera parte a las “trabas a la libertad religiosa en el mundo”, que divide a su vez en varias partes. En una de ellas, se menciona el caso de Francia. El título de este subcapítulo, “Estigmatización de ciertas religiones falsamente asociadas a cultos o sectas peligrosos” (págs. 17-64 del informe), constituye en sí un claro juicio del Departamento de Estado sobre la naturaleza religiosa o no de tal o cual movimiento. Pero ese juicio resulta, en el mejor de los casos, paradójico, ya que emana de un organismo oficial del gobierno americano que, en virtud de la primera enmienda de la Constitución americana, no puede en principio pronunciarse en Estados Unidos sobre la naturaleza religiosa o no de un grupo, un movimiento, un culto o cualquier otro organismo. ¿O es que la Primera Enmienda vale sólo para el territorio de la Federación americana y el gobierno americano queda exonerado de ella en el resto del mundo?
Dentro de este subcapítulo, el texto dedicado a Francia pone perfectamente de manifiesto la capacidad que se atribuye el Departamento de Estado de juzgar el carácter religioso o no de movimientos franceses, además de su peligrosidad. El texto empieza en efecto por esta afirmación concluyente: “Un informe de la Asamblea Nacional de 1996 y un informe parlamentario de seguimiento de 1999 catalogan como sectas a 173 grupos, decisión que ha contribuido a generar un ambiente de intolerancia hacia las minorías religiosas. Algunos de los grupos de esta lista representan un peligro evidente, pero la mayoría de ellos simplemente no se conocen bien o son impopulares [...]”. No se puede menos que lamentar que el Departamento de Estado no comunique las listas, que parece haber establecido por su cuenta, de los grupos que en Francia pueden hacer valer su condición de “grupo religioso”, de los que al contrario no pueden aspirar a ella y de los que “son claramente peligrosos”. Sólo cita un movimiento dentro de esta última categoría: la orden del Templo Solar (págs. 5-9 de la sección del informe titulada “El trato a las minorías religiosas en Europa occidental”). Estamos a la espera de los demás nombres que justificarían la utilización del plural en el informe.
Tampoco podemos dejar de preguntarnos por la objetividad de los autores del informe, que no dudan en utilizar, refiriéndose a Francia, términos vagos y ambiguos, confusiones erróneas, y evocar opiniones de fuentes no precisas. Así, por ejemplo, entre las páginas 5 y 9 del apartado dedicado a Francia de esa misma sección del informe titulada “El trato a las minorías religiosas en Europa occidental” puede leerse lo que sigue: “También es cierto que Francia ha sido pionera en esta práctica problemática que consiste en crear supuestas listas de sectas”. Además de lo que parece ser una sorprendente confusión entre las instancias ejecutivas y legislativas francesas, ¿hace falta recordar que, al igual que la Constitución americana, la Constitución francesa no autoriza a las autoridades de hacer tales clasificaciones? Durante los numerosos contactos que mantuvieron con representantes americanos, los interlocutores oficiales franceses les recordaron reiteradamente esta hecho, pero ¿con qué resultado?
El informe americano reproduce además ciertos fragmentos del anterior informe (1999) sin actualizarlos realmente. Pero la forma sugiere tal actualización. Un ejemplo: “Ciertos grupos que aparecen en la lista francesa siguen padeciendo actos de discriminación”, escriben los redactores del informe, que prosiguen: “Uno de ellos es el Instituto Teológico de Nîmes, un instituto privado fundado en 1989 por Louis Demeo, pastor de una iglesia asociada”.22 Por lo que ha podido saber la Misión, el Instituto Teológico de Nîmes denunció en su día diversas fechorías (dos coches incendiados, entre otras cosas). Sus denuncias dieron lugar a investigaciones de la policía que, a falta de pruebas, no pudieron establecer responsabilidades externas. No le parece que en 2000 este “Instituto” haya denunciado actos de discriminación en su contra o en contra de sus miembros.
Pero es cierto que el Departamento de Estado parece conocer bastante al Instituto en cuestión, ya que en 1998 éste se inscribió en la Conferencia de la BIDDH en Viena dando la dirección del [...] Departamento de Estado en Washington.
El informe menciona también en términos generales e imprecisos que “la Iglesia de la Cienciología se queja de que sus miembros han sido objeto de comportamientos discriminatorios”. Una frase menciona la decisión de una autoridad local, descrita de modo bastante impresionista como un “funcionario de distrito (sic) de París”, de no autorizar una exposición de arte. Esta decisión se habría tomado en abril de 1999. Sin embargo, el informe del Departamento de Estado cubre, tal y como él mismo señala, el período que va del 1 de julio de 1999 al 30 de junio de 2000. Puesto que el informe del Departamento de Estado trata profusamente de la Cienciología en Francia, que parece informarle con precisión de sus quejas y de las discriminaciones que supuestamente sufren sus miembros, hay que concluir que entre el 1 de julio de 1999 al 30 de junio de 2000, período que cubre dicho informe, la Cienciología no registró ningún acto de discriminación en su contra. En un país como Francia, vinculado a la defensa de las libertades individuales y en lucha contra todas las formas de discriminación, ¿quién habría de quejarse por ello? Es lamentable, en cambio, que se presente como definitiva una sentencia del Tribunal de Gran Instancia de París contra un parlamento conocido por sus actividades en contra de las intrigas sectarias, cuando en realidad está pendiente de apelación. Esta inexactitud proyecta dudas adicionales sobre la imparcialidad de los redactores del informe americano.
Más allá de este informe, aprovecharon el milenio para inspirar y animar ampliamente la “cumbre mundial de líderes religiosos y espirituales”, celebrada en Nueva York en agosto de 2000, patrocinada por la Secretaría General de las Naciones Unidas, y precedida de un importante discurso de Kofi Annan.
Citemos nuevamente a las MILS:23
Hubiera sido mucho más lógico que una vez recibido el apoyo de Kofi Annan la asamblea se celebrase preferentemente en Ginebra, sede de instituciones de las Naciones Unidas encargadas de los derechos humanos. Hubiera sido preferible, por otro lado, elegir un lugar más modesto que el lujoso Waldorf neoyorkino.
Tratándose de la financiación de una espiritualidad, hubiera sido conveniente que se evitara recabar fondos de empresas o fundaciones cuyo fin social no tiene nada que ver con la expresión confesional. Pero entre los financistas se encuentran, junto a la Fundación de las Naciones Unidas, la Fundación Rockefeller, una asociación fundada por Ted Turner, la Fundación Ford, etc. Un fascículo informativo publicado en julio señala sin embargo que ciertos grupos religiosos también contribuyeron, “patrocinando las comidas y aportando contribuciones en especie”. No se publicó ni la identidad de estos grupos ni el origen de sus contribuciones.
Hubiera sido deseable, tratándose de delegaciones religiosas llamadas a participar en esta reunión, que se evitasen tanto los olvidos como los rechazos de invitaciones. En cuanto a omisiones, resulta bastante llamativo que la mayoría de los responsables franceses de grandes confesiones (cuya participación había sido oficialmente anunciada) haya declarado no haber recibido nunca su invitación.
Hubiera sido deseable que el gobierno de Estados Unidos se hubiera abstenido de participar políticamente en esta asamblea, como hicieron sin excepción los gobiernos de los Estados miembros de las Naciones Unidas (el reverendo Jesse Jackson, serpa del presidente Clinton, estuvo presente en virtud de su doble condición de “líder cristiano” y de “enviado especial del Presidente”).
El discurso de apertura pronunciado por el secretario general el 30 de agosto pudo sorprender. Amonestó sin excepción a quienes predican la intolerancia y el fanatismo religioso o el oscurantismo, a quienes cuestionan o rechazan las libertades civiles y apoyan a nacionalismos abusivos socapa de convicciones religiosas. Fue más lejos y echó en cara a los líderes religiosos su timidez en la lucha contra la persecución y el odio: el problema radica, a su entender, no tanto en la fe como en la actitud timorata de demasiados creyentes. Se adoptó una resolución que remontaba los temas tratados a favor de una cultura mundial de la no violencia desde la perspectiva de un combate que había que entablar e intensificar contra el fanatismo religioso, la pobreza, el subdesarrollo, el arma nuclear y las agresiones al medio ambiente. El futuro dirá qué continuidad tuvo este catálogo de excelentes intenciones que la Secretaria de la Conferencia calificó de “phenomenal response from religions leaders around the world”.
La reunión del milenio también pretendía definir un conjunto de criterios analíticos destinados a distinguir entre las Iglesias auténticas, modestamente llamadas major institutions, y los movimientos con pretensiones religiosas.
Se seleccionaron cuatro criterios. El primero es la importancia histórica. Una noción tan vaga no puede interpretarse más que de modo bastante amplio: peso demográfico, duración cronológica, arraigo cultural, influencia social y política, etc. Prácticamente cualquier movimiento que se declare religioso puede pretender cumplirlo, incluidos los grupos más cuestionables, precisamente cuando su comportamiento pasado ha tenido consecuencias graves y duraderas para la sociedad en la que actuaban. Cabe relacionar esta característica, por su imprecisión, con la que permite a cualquier organización no gubernamental hacerse reconocer como organización internacional por las Naciones Unidas, aunque no ejerza ninguna actividad en el extranjero (decisión de 1986, instigada por Estados Unidos).
El segundo criterio establecido por la Conferencia es el número de adeptos. No resulta menos incierto. Aunque es evidente que los cientos de millones de fieles de ciertas confesiones conforman un conjunto numéricamente representativo, ¿qué hay de un movimiento religioso con muchos adherentes repartidos en Estados de escaso peso demográfico? Y además: ¿cómo evaluar a los demás Estados? Y en los casos de intolerancia religiosa, que hace estragos en muchos Estados de tendencia teocrática en los que no hay libertad de expresión pública de confesiones minoritarias y de la mayoría de los movimientos filosóficos, ¿cómo contabilizar a los adeptos de movimientos prohibidos y sin personalidad jurídica?
La extensión geográfica, el tercer criterio, merece las mismas observaciones que los dos anteriores.
El cuarto y ultimo criterio destaca la noción de antigüedad, con la siguiente acotación: “Sirve de indicación general el hecho de que la religión o la fe tengan más de cien años y que su fundador carismático o líder ya no este vivo”. Así es que, al no poder pactar una definición de la noción de religión, el único criterio mínimamente tangible es el de antigüedad,. No deja de suscitar fuertes dudas. Esta concepción coincide con la de ciertos países ex soviéticos. En Rusia, la ley de 1997 sobre la libertad religiosa impone, entre otras condiciones, una implementación de quince años como mínimo dentro del territorio para que un movimiento que se declara religioso pueda aspirar a tener personalidad jurídica. Esta condición tiende a satisfacer indirectamente a las confesiones que desempeñaron un papel histórico en el plano político y social y conceder un plazo determinado a los demás para que se adapten a las nuevas normas jurídicas de sociedades que a fin de cuentas se encuentran en vías de laicidad. La ley de 1997 suscitó enérgicas protestas entre Iglesias cristianas minoritarias, y particularmente las de la Iglesia católica. No obstante, este plazo “secular” propuesto para reconocer a las Iglesias auténticas no parece haber suscitado excesivas objeciones por parte de la mayoría de jefes religiosos, a pesar de lo arbitrario del plazo de arraigo requerido.
La “indicación general” del cuarto criterio avala, por otro lado, la posición privilegiada de las instituciones más importantes por el hecho de que su fundador esté muerto. Con un poco de malicia, podríamos imaginarnos que esta disposición no afecte al cristianismo, entre otras confesiones, porque niega la resurrección del fundador, ¿O hay que ver en este criterio una condición adicional destinada a probar que la confesión ha logrado sobrevivir a su iniciador carismático? En ese caso, la exigencia de una duración de cien años parece bastante modesta para garantizar la perennidad de una verdad o de un error.
Es difícil deducir un conjunto de criterios objetivos de las reflexiones de la Conferencia. Es probable que la diversidad de las concepciones representadas lo impida. Pero la elaboración de unos criterios comunes, por defectuosos e imprecisos que sean, no deja de reflejar la lenta progresión de una idea: la necesidad de determinar el sentido que suele atribuirse a la noción de Iglesia y de darle cierta forma jurídica.
En estos dos aspectos se constata, pues, el interés de Estados Unidos por la cuestión religiosa. Pero ¿se trata sólo de un imperialismo confesional? ¿O se cuece algo más detrás de este tema omnipresente de lo religioso, como tienden a sugerir los elementos que enumeramos a continuación?
LA UTILIZACIÓN DE LAS SECTAS POR PARTE DE LOS SERVICIOS ESPECIALES
Un objetivo de ciertos movimientos ha sido la lucha contra el marxismo en el mundo entero, especialmente en África, por medio de organizaciones sectarias como la AMORC. Grandes cantidades de dinero van a parar a los bolsillos de importantes dirigentes africanos para ayudarlos en su lucha. También hay grandes sumas provenientes de África que van a parar a paraísos fiscales. La AMORC está muy presente en el continente y, aunque la lucha contra el comunismo ya no parece prioritaria, sigue habiendo poderosas organizaciones de ideología poco proclive a apoyar a futuras democracias.
Los vínculos entre los dirigentes franceses de Rosa-Cruz y de la Orden del Templo Solar no han sido explotados durante el proceso de la OTS. Sólo Le monde los mencionó.24 Los cuerpos de policía conocen la existencia de encuentros que habrían reunido a los dirigentes de los movimientos más importantes en número e influencia. Esta organización oculta no obedece a las doctrinas baratas reservadas a lo adeptos, sino simplemente a una contribución conjunta a la defensa de estos movimientos, su defensa jurídica o proyectos más ambiciosos. Hay que constatar que todos desarrollan teorías racistas, elitistas, privativas de libertades, y operan con métodos de las bandas de delincuencia organizada.
La secta Moon25 prosperó gracias al mismo esquema anticomunista y fue manipulada por los servicios especiales y agentes de la CIA. El fondo doctrinal se pretende cristiano, pero también es político, He aquí algunos extractos de El principio divino:26
La revolución americana, emprendida por ardientes cristianos a los que movía un ideal religioso, realizó la democracia de tipo Abel. La Revolución francesa, nacida en la violencia y ahogada en la violencia, realizó la democracia de tipo Caín, del que más adelante surgiría el movimiento del comunismo. [...] A través de la antirreligión del comunismo, basada en la negación de Dios y motivada por el odio en lugar del amor, podemos percibir claramente la manifestación de este poder que siempre se ha levantado contra Dios y contra el hombre a lo largo de la Historia. Esta historia corriente de rebelión se inició con el personaje bíblico Caín que, ahogado por un sentimiento de injusticia, mató a su hermano Abel, al que Dios parecía favorecer. Del mismo modo, el comunismo explota todos los resentimientos nacidos de la injusticia con un fin de violencia y destrucción. Desde este punto de vista, el fenómeno del comunismo no sería nada más que la reproducción contemporánea y a escala mundial de la tentación asesina de Caín.
Moon hace al mismo tiempo la apología del capitalismo, sobre todo del americano. Tres jóvenes turcos del ejército coreano formados por Estados Unidos, entre ellos Bo Hi Pak, le ayudaron a escribir y operar su conversión al sistema americano. El golpe de Estado de 1961, que llevó a la junta militar de Park Sung Hee al poder, los convirtió en dirigentes de la CIA coreana o en agregados militares en Washington. Trabajaron para conseguir el reconocimiento de la Iglesia de la Unificación en Estados Unidos, cosa que lograron en Virginia en 1963. AL mismo tiempo, prosiguieron la cruzada anticomunista y crearon una fábrica en Pusan, que recibió el encargo de Colt de fabricar fusiles M16 para uso local.
Esta fábrica, creada en 1971, superó rápidamente los acuerdos firmados y los fusiles made in Korea pasaron a venderse en Sudamérica. La prosperidad no tardó en llegar, gracias al armamento y también a la exclusividad del ginseng. Moon y sus acólitos montaron multinacionales en Corea, los chaebol. Fabricaban de todo y especialmente máquinas-herramientas que competían con las alemanas. La confusión entre las cuentas de la Iglesia y las de la compañía procuraban una constante liquidez: los asalariados moonistas cotizaban para la Iglesia, los talleres de las fundaciones religiosas fabricaban jarrones, flores y muñecas a bajo costo, que el incipiente Imperio revendía con grandes beneficios.
El imperio desarrolló en Estados Unidos las mismas estructuras de producción. Moon fabricó sus propios barcos y dispuso de ese modo de un extraordinario medio comercial. También desarrolló actividades pesqueras y revendió en la costa Este y a precios relativamente bajos la pesca de pescadores americanos encantados de convertirse Moonies.
Moon decidió entonces convertirse en un personaje clave de la vida política norteamericana y conoció a Ike, el presidente Eisenhower. En plena escalada de la guerra de Vietnam, y sobre todo durante el fatal episodio del Watergate, dio todo su apoyo a Nixon. Más adelante, se convirtió en un pilar del reaganismo: financió y llevó al poder al gobernador de California.
Bajo Reagan formó un grupo de prensa en Estados Unidos alrededor del Washington Times. Tanto con Reagan como con Bush padre, Moon y sus hombres participaron en toda clase de maquinaciones, desde Nicaragua hasta las batallas se África, financiando golpes bajos y proveyendo ayuda en hombres, material, barcos, etc.
Hoy en día, Moon parece haber entrado en decadencia: la crisis de las bolsas asiáticas rompió su aparato productivo en Corea. Pero recientes informaciones hablan de un incremento de su actividad en América del Sur, de inversiones en masa en Montevideo. Habrá que seguirle la pista.
También habrá que seguírsela a la Cienciología, a través del OSAI 8Office of Special Affairs International) y sus sucursales nacionales. Cada oficina nacional (DSA, Desk of Special Affairs) está organizada en cinco secciones: relaciones exteriores con los cienciólogos, relaciones públicas, trabajo jurídico, Comisión de los Ciudadanos por los Derechos Humanos e investigación (llamada B1 u oficina 1), encargada de la “documentación”. Esta oficina está en contacto permanente con el OSAI, al que transmite informes.
Cada cienciólogo debe preparar los informes que se le encargan (si no quiere que le hagan un “informe por no informe”). Philippe Ariès27 cuenta hasta diecinueve tipos, que activan un sistema de delación interno, dedicados a los errores, faltas (pereza, aburrimiento, crítica, etc.) o fracasos de otros cienciólogos. Éstos llegan a escribir informes espontáneos para denunciar una reunión, una llamada telefónica, etc. También se interroga a los niños: “¿Te ha dicho alguien que no digas...?”, “¿Tienes algún secreto?” o “¿Hay algo que no hayas contado a tus maestros sobre tu familia porque no lo hubieran entendido?28
De este modo, el OSAI acumula información sobre los suyos, pero también sobre sus relaciones, su entorno profesional, indicaciones preciosas para el manejo (término cienciológico que podría traducirse, en versión positiva, por “convicción” y en versión negativa por “chantaje”). Del mismo modo, las audiciones obligatorias y las confesiones periódicamente exigidas pueden servir y son transmitidas. Como puso de manifiesto el proceso contra la Cienciología instruido por Van Ruymbeke,29 la transmisión es masiva. Tras las audiencias en Francia, se enviaron a Estados Unidos más de 60.000 fichas. Cabe preguntarse con qué fin fichaban esa información, y si no era con la intención de usarla eventualmente para presionar de diversas maneras a individuos frágiles o a personas relacionadas con quienes hubieran respondido a los cuestionarios cienciológicos.
La incitación a la delegación puede incluso ser pública. Es 1996, el diario cienciológico Éthique et liberté hizo, con el pretexto de moralizar a la administración fiscal, un llamamiento a la delación y la ruptura del secreto profesional:
Se invita a cualquier funcionario que haya constatado irregularidades dentro de la administración fiscal a sumarse a esta empresa de restablecimiento de la justicia en el sistema fiscal. Cualquier información que aporte un miembro actual de la administración fiscal se mantendrá estrictamente en secreto. Los empleados del fisco que teman represalias de sus superiores pueden enviar anónimamente los documentos a Éthique et liberté.30
Esta iniciativa se ha repetido. La Iglesia de la Cienciología creó, en el marco de las elecciones presidenciales y legislativas francesas, un Colectivo contra la corrupción, con sede en Mulhouse. La OSAI también es responsable de la organización, en Estados Unidos, de la “Operación Blancanieves”.
PRESIONES A LA ADMINISTRACIÓN: EL EJEMPLO DE LA OPERACIÓN BLANCANIEVES
Esta operación tenía un doble objetivo: obtener un estatuto privilegiado ente el fisco a escala federal y, al mismo tiempo, usar este reconocimiento para obtener el título de charity o de ONG, en otras palabras. Stephen Kent31 habla, en su obra, de esta operación:
Pese a que la exportación más controvertida de Estados Unidos a Europa era la Cienciología, ésta recibió en octubre de 1993 en decisivo balón de oxígeno al obtener la exención fiscal y un estatuto de ONG. Los investigadores nunca conocerán los detalles de las negociaciones entre bastidores que permitieron a cienciólogos y al IRS llegar a este acuerdo, pero un representante del IRS ha dicho que “la información que aportaban los cienciólogos sobre los sueldos de sus oficiantes era suficiente para que el gobierno se asegurara de que no había beneficios impropios”.
Otro factor que pudo ser determinante para esta decisión fue, según parece, el gran número de demandas de cienciólogos –una fuente cienciológica habla de 2.300-32 contra organismos gubernamentales. Así es que, en un discurso victorioso ante sus adeptos sobre el acuerdo con el IRS, el líder de esa época, Miscavige, declaraba: “Los fiscales que atienden esas demandas se han visto tan desbordados que tendrían que dedicar todo su presupuesto para combatirnos”.33 A nadie le puede sorprender, por consiguiente, que su acuerdo con el IRS pusiera fin a las demandas de la Cienciología.
Hay muchos aspectos destacables de esta decisión. La organización debía unos 1.000 millones de dólares34 en impuestos, pero sólo pagó 12,5 millones al IRS.35 El “Comité de conformidad al impuesto a las Iglesia” (establecido por ambas partes con la intención de controlar el grado de adhesión de la Cienciología al acuerdo) consistió, según los lideres cienciólogos, en un acuerdo que algunos críticos han calificado de “zorro libre en un corral libre”36
Pero al menos dos puntos de la decisión revelan que la Cienciología comprendió enseguida que podría comercializar esta decisión. En primer lugar, se aseguró de que una rama de su organización internacional, dedicada a la propagación de su ideología y a atacar enemigos transnacionales –la Asociación Internacional de la Cienciología (AIS)- estuviera entre las organizaciones reconocidas como ONG.37 Gracias a esta designación, la Cienciología puede dar recibos fiscales a los americanos que aportan fondos a las campañas de propaganda internacional de la organización. El punto más dramático del acuerdo era, sin embargo, que el fisco debía enviar una declaración de exención a todos los países del mundo.38
Este acuerdo entre la Cienciología y el fisco se ha saldado con la concesión a la organización de la misma designación fiscal que un amplio abanico de organizaciones religiosas. La Cienciología podría de este modo presentar las resistencias que suscitara en países europeos como ejemplos de discriminación religiosa contra un grupo de origen americano. El Departamento de Estado americano, que tiene el mandato de proteger a los americanos, a las organizaciones americanas y la libertad religiosa en el extranjero, empezó a apoyar las denuncias de discriminación de la Cienciología. Indirectamente, el acuerdo del fisco con la Cienciología contribuyó a crear un ambiente político más receptivo para con los portavoces de la Cienciología en Washington.
Así pues, los cienciólogos presionaron saturando los tribunales de Estados Unidos (2.300 denuncias según Miscavige, sucesor de Ron Hubbard), desestabilizando su sistema administrativo y derrotando a la política, al fisco concretamente.
En Francia aplican hoy en día el mismo método de desestabilización. La Cienciología saca partido de la CADA, que obliga a las administraciones a transmitir cualquier documento administrativo pedido por un ciudadano.
La comisión de Acceso a los Documentos Administrativos (CADA), que resuelve las solicitudes de movimientos de carácter sectario, ha invitado a algunas administraciones a que comuniquen los documentos relacionados con investigaciones promovidas por grupos sectarios. Se terminó considerando que se evitaban riesgos ocultando cualquier información relativa a terceros en los documentos. Esas solicitudes pueden provocar, sin embargo, que se comuniquen documentos sensibles. Una posible consecuencia de la comunicación es que desaliente a las administraciones y a los poderes locales y los disuada de llevar a cabo los controles exigidos, de actuar y de informar por escrito acerca del fenómeno sectario.
La Cienciología ha utilizado los textos legales39 para solicitar sistemáticamente la comunicación de documentos que la afectan o afectan a determinados sectores. La estrategia de la Cienciología y sus organismos satélites consiste en intentar desestabilizar las administraciones del Estado, los poderes territoriales y las instituciones públicas.
Así ha interrogado:
• al menos un servicio de inspección general (IGAS) a fin de que le sea comunicado cualquier documento o soporte documental enumerado por la ley y relativo a la Cienciología; • al Ministerio de Asuntos Exteriores y de las embajadas para obtener datos sobre las diversas reuniones de trabajo mantenidas en Francia o en el extranjero; • a los Ministerios de Economía y Finanzas, de Justicia, del Interior, de Trabajo y Solidaridad, de Asuntos Exteriores, sobre expedientes administrativos eventualmente dirigidos a la Comisión de investigación parlamentaria de la Asamblea Nacional en Francia en 1995; • a diversas prefecturas para comunicación general de documentos relacionados con la Cienciología; • al Ministerio de Juventud y Deportes para recibir el detalle de las subvenciones concedidas a ciertas asociaciones de su ámbito. También los servicios e instituciones encargados de la salud mental son blanco de la Cienciología. Así es que la “Comisión de los Ciudadanos por los Derechos Humanos”,40 que emana de la Cienciología, y la Iglesia de Cienciología de Île-de-France interrogaron en 2001 por carta certificada con acuse de recibo a la mayoría de los servicios e instituciones franceses encargados de gestionar centros de salud mental. Los cienciólogos conminaban a esas instituciones a que les transmitieran el decreto prefectoral que los habilitaba a acoger enfermos mentales hospitalizados sin su consentimiento, su reglamento interno, sus presupuestos y su contabilidad administrativa. Instaban a las comisiones departamentales de las hospitalizaciones psiquiátricas a comunicar todos sus informes de actividad y balances anuales desde 1990. La “Comisión de los Ciudadanos por los Derechos Humanos” se presenta como un organismo internacional de vigilancia contra los atentados a los derechos humanos en el ámbito de las salud mental y da una amplia difusión postal a una revista llamada Psychiatrie. Une violation des droits de l’homme [“Psiquiatría. Una violación de los derechos humanos”]. La revista presenta a la psiquiatría como une enorme peligro para la sociedad; las fuentes bibliográficas provienen de obrad de L. R. Hubbard.
Citemos el informe 2001 de la MILS:
Ante esta estrategia de desbordamiento, la MILS ha investigado a la Comisión de Acceso a los Documentos Administrativos (CADA). La necesaria evolución de la reflexión sobre este tema indica que los servicios y administraciones afectados deben esgrimir los argumentos de la seguridad de las personas, especialmente de las personas frágiles por su edad (niños, personas mayores, alguna minusvalía o una enfermedad (mayores bajo tutela, curatela o defensa judicial), con lo que se puede justificar la no comunicación de documentos. También la protección del interés superior de los niños, consideración primordial de la Convención de Ginebra, el de las personas en estado de debilidad, el peligro real para la seguridad de las personas y de los bienes y la alteración del orden público pueden motivar una no comunicación de documentos, garantizándose así la legítima protección de la intimidad y la libertad de las personas.
Las demandas abusivas, numerosas y reiteradas delatan una estrategia de acoso a los servicios públicos, que no están obligados a responder favorablemente (artículo 7.3 de la ley del 12 de abril de 2000): si no las trataran tomando las precauciones necesarias, las administraciones se expondrían a la parálisis de su funcionamientos o a una especie de control por parte de organismos de carácter sectario sin competencias para ejercerlo.
Algunos servicios del Estado han organizado una rápida respuesta a las ofensivas de la Cienciología.
Los ministerios afectados y algunas prefecturas han sensibilizado a las colectividades territoriales, los servicios descentralizados del Estado, las asociaciones partícipes en el servicio público, y les han informado acerca de las eventuales demandas de documentos por parte de la secta.
Es indispensable, en efecto, que los agentes de las tres funciones públicas del Estado, las colectividades territoriales y la función pública hospitalaria conozcan bien no sólo los objetivos, sino también los métodos de las sectas. Sobre este punto, hay un documento del mismo Ron Hubbard que es suficientemente revelador:
“El Manual de justicia, documento de uso interno publicado en 1959 que figura como anexo de este informe,41 contiene las siguientes recomendaciones: Si investigan sobre usted o sobre la organización central, no diga nada. No coopere. Para empezar, respete las leyes del país, y después tire a periodistas e investigadores escaleras abajo. Los investigadores deforman lo que oyen. Sea quien sea el entrevistador, responda siempre lo mismo: ‘Esta es una institución de alto rango y reconocida en el mundo entero. ¿Por qué no se dirige usted a nuestro abogado?’. Esto termina tanto con la prensa como con la policía. [...] Así que, no coopere. Si no tiene miedo y no se rebaja, la amenaza desaparece”42
CUANDO YA NI CABE HABLAR DE INFILTRACIÓN
El término “infiltración”, como el de “entrismo”, presupone que quien se infiltra desea mantenerse en secreto o al menos resultar discreto. Es probablemente lo que sigue pasando en Francia, donde el caso de las filtraciones de la primera comisión parlamentaria de 1995 sigue sin aclarar.
Pero en muchos otros países esta situación ha cambiado y se hace ostentación de la pertenencia sectaria. Hoy en día sabemos que cualquier delegación americana tiene su cuota de fundamentalistas o de “religiosos controvertidos”, especialmente cuando se trata de defender al “hombre religioso”.
La instrumentalización del mundo político y las redes económicas se perfecciona. Y quienes se resisten en nombre se un hombre ciudadano tiene razones para preocuparse.
Intentar estudiar hoy a los grupos sectarios conlleva enfrentarse no sólo a amenazas de tipo jurídico e interminables juicios, sino también a una técnica más insidiosa, que nos lleva de vuelta al marco comercial de la globalización. Se trata de la generalización abusiva del copyright.
La Cienciología protege sus textos más recientes, la kinesiología protege su enseñanza, aun cuando se trata de proporcionar al alumno fórmulas para evitar problemas con la administración, incluida la administración fiscal. Rael protege con copyright el nombre de sus filiales encargadas de la clonación o se la venta de óvulos.
Cuando se protegen palabras, expresiones, textos enteros mediante una disposición legal inicialmente destinada al ámbito económico o comercial, no pueden ser reproducidos, salvo autorización expresa de la misma asociación o agrupación sectaria. ¿Cómo dar cuenta, entonces, de la realidad de un comportamiento si el observador se ve privado, en su análisis, de los elementos determinantes de las instrucciones que han podido conducir a hechos delictivos?
En muchos países se ha reivindicado la cuestión de lo copyright, especialmente en Suecia.43 A nadie le sorprenderá saber que eso responde indirectamente a un encargo de la Cienciología. A fecha de la redacción de este informe, el gobierno sueco no ha modificado su posición pese a que el gobierno estadounidense haya señalado que se disponía a “eliminar la contradicción entre la comunicación de documentos y la protección de los copyright”.44